Deporte

Vinícius polémicas y rendimiento en el Real Madrid

Hay noches que se sienten como trincheras, y la visita del Real Madrid al Coliseum lo fue. En el centro de todas las miradas quedó Vinícius Júnior, síntesis de genialidad y fricción, y el eterno debate que alimenta Vinicius Junior Controversies and Performance. Hubo fútbol, sí, pero también miradas torcidas, reproches y decisiones arbitrales que encendieron una fogata que el brasileño conoce bien.

Getafe como espejo de un futbolista entre la chispa y el filo

El 1-0 del Real Madrid en Getafe tuvo una escena clave y repetida en la carrera del extremo. Allan Nyom saltó al césped en el 76 y vio la roja 39 segundos después por un golpe en la cara y un choque de piernas con Vinícius. Para unos, exceso arbitral, para otros, consecuencia de una noche en la que el brasileño fue un imán para la fricción y las faltas. El partido terminó con dos expulsados locales, la de Nyom y la de Álex Sancris, y con una sensación de electricidad en cada contacto.

Antes de ese desenlace, ya se cocinaba la tensión. El defensor Juan Iglesias encaró al brasileño en el 55 y las cámaras de Movistar+ captaron la frase que corrió como la pólvora. “Por eso todos te odian”, le reprochó, con una coletilla que sonó a lección en voz alta. Tras el pitido final, Iglesias explicó su postura, no tanto sobre el juego duro, sino sobre el límite del respeto.

“En el fútbol hay muchos agarrones, muchas ‘mordidas’. Son cosas del juego, cosas de fútbol, que se quedan en el campo. Pero hay cosas que no se pueden permitir, que se tienen que respetar. Hay que respetar al rival, hay que respetar a la gente.”

La mirada de José Bordalás y la respuesta desde el banquillo

La versión de José Bordalás fue tan directa como su fútbol. Para el técnico, la expulsión de Nyom fue excesiva, un lance que se habría arreglado con amarilla. Señaló que Vinícius exageró el contacto en la cara, y añadió un detalle que encendió el pospartido, el supuesto comentario del brasileño tras el cambio que derivó en la roja.

“He oído al cuarto árbitro. Es una falta espectacular pero con amarilla se habría solucionado. Vinicius exagera, se toca la cara y Nyom es expulsado injustamente.”

“Tuve una disputa con Bellingham y luego Vinicius vino y me dijo ‘muy buen cambio’. Vinicius no tiene que venir a provocarme y decirme ‘muy buen cambio’.”

Bordalás también habló de un doble rasero arbitral, que faltas similares del Real Madrid no recibieron la misma sanción. En Getafe, el argumento dejó un poso de amargura por lo que el técnico describió como un esfuerzo tirado por tierra tras verse con diez. La sensación de “todo cayó de su lado” quedó instalada en el aire, con Kiko Femenia reforzando la idea de que ninguno de los dos rojas debió mostrarse.

La voz del vestuario de Getafe y un matiz inesperado

En medio del ruido, una reflexión distinta vino del propio Álex Sancris, expulsado por doble amarilla tras un derribo a Vinícius. El jugador admitió su parte de culpa, habló de exageración en la caída, pero cerró filas en lo esencial. No hubo provocación, dijo, solo fútbol y un error del que aprender.

“Para mí la caída de Vinicius es exagerada, pero ya está. Es lo que hay. Es fútbol, mi error por tocarle. Para la próxima aprenderé. No nos provocó, juega a su fútbol y ya está.”

Las palabras de Sancris contrastaron con el clima general de enfado, pero aportaron un punto humano a una historia que tiende a simplificarse. Entre el roce y el talento, el juego de Vinícius obliga a convivir con el filo. Para sus rivales, un desafío permanente; para su equipo, un acelerador de ventajas que el marcador terminó avalando.

Lo que cambió el partido y lo que cuenta la tabla

De la mano de ese contexto, el detalle que define los puntos llegó con el gol de Kylian Mbappé en el minuto 80, tras asistencia de Arda Güler. Fue la quinta vez en la temporada que Güler habilitó a Mbappé, un dúo que multiplica soluciones. El francés ya suma 10 goles en LaLiga y alcanzó la barrera de 50 tantos en el año natural entre club y selección por segunda vez, tras los 52 que firmó en 2023. Una ráfaga, un latigazo, y el Real Madrid cerró el 1-0 que le mantiene en lo alto de la clasificación.

El calendario no brinda tregua. Tras Getafe, se viene Juventus en Champions y el Clásico del domingo. En ese contexto, Xabi Alonso subrayó el peso de los que entran desde el banquillo, con un guiño al impacto de Vinícius en el Coliseum. “Tuvo un gran impacto”, dijo, en alusión directa a las expulsiones provocadas y a la importancia de aceptar roles cambiantes en un equipo que compite en varios frentes.

De favorito al Balón de Oro a suplente en noches señaladas

Hace un año, el relato alrededor de Vinícius moldeaba otra cumbre. LaLiga y una Champions conquistadas en 2024 apuntalaban una candidatura al Balón de Oro que muchos daban por hecha. No fue así. El premio fue para Rodri y el Real Madrid reaccionó con un boicot a la gala. El propio jugador lanzó un mensaje desafiante en redes, un “lo haré 10 veces si hace falta” que resumía ambición y orgullo.

El tramo de 365 días previo a aquella ceremonia fue demoledor. En Liga, 18 goles en 30 partidos, ocho asistencias y 49 ocasiones creadas, con una cifra de regates exitosos descomunal, 227, por encima de Lamine Yamal, Nico Williams y Savinho. En Europa, 11 contribuciones de gol, ocho tantos y tres pases, y 95 desbordes completados, cifras de élite absoluta en el puesto.

Hubo noches icónicas en esa secuencia. Un doblete en Múnich en el 2-2 de semifinales ante el Bayern, el gol que selló la final frente al Borussia Dortmund en Wembley, y seis días antes del Balón de Oro, un hat trick al mismo Dortmund en el Bernabéu para remontar de 0-2 a 5-2. Aquella versión de Vinícius se escribía con tinta indeleble.

La curva descendente y un año con más dudas que certezas

Desde el 28 de octubre de 2024 hasta hoy, el ritmo bajó. En Liga, 11 goles en 28 apariciones, 0,4 por partido, con once jugadores por delante en ese lapso, incluidos Raphinha con 15 y Oihan Sancet con 12. Registró otras ocho asistencias, pero tres llegaron en el último mes. Hubo un tramo que pesó en el balance, 15 jornadas sin dar un pase de gol entre el 24 de noviembre de 2024 y el 11 de mayo de 2025, periodo en el que el equipo dejó puntos en seis encuentros.

En Champions, el arranque tras la decepción del Balón de Oro fue positivo, con cuatro goles en tres citas ante AC Milan, Atalanta y RB Salzburg, y una actuación de mejor del partido en el 3-2 en Mánchester ante el City el 11 de febrero de 2025. Luego, contra Atlético y Arsenal, su influencia menguó, con solo un tanto ante los ‘gunners’. Aun así, sumó siete participaciones de gol en el torneo, con más de una decena de jugadores por encima en ese periodo y 17 futbolistas que crearon más ocasiones.

El nuevo Balón de Oro viajó a manos de Ousmane Dembélé, con Lamine Yamal como otro gran aspirante. Vinícius terminó en el puesto 16 de la votación. Una fotografía nítida del péndulo que ha marcado su último año, entre chispazos de grandeza y una línea de producción que, por momentos, se quedó corta para el estándar del Real Madrid.

Xabi Alonso, Rodrygo y el tablero de las bandas

La llegada de Xabi Alonso coincidió con un replanteamiento. Bajo Carlo Ancelotti, si estaba sano, Vinícius jugaba. Con Alonso, comenzó a dosificarse. Fue suplente en Oviedo el 24 de agosto y ante el Olympique de Marsella el 16 de septiembre, con Rodrygo reclamando y ganando minutos en la izquierda. En los primeros 12 encuentros con el nuevo técnico, el brasileño solo completó los 90 minutos una vez.

La película, sin embargo, ha cambiado en el último mes. Vinícius completó el partido en tres de los últimos cinco choques, y su forma repuntó. Fue figura en el 4-1 a Levante el 23 de septiembre con gol y asistencia, firmó un doblete en el 3-1 frente a Villarreal el 4 de octubre y en Getafe, saliendo desde el minuto 55, agitó todo hasta forzar dos expulsiones. La lectura de Alonso volvió a subrayar la idea colectiva, que todos pueden ser decisivos desde lugares distintos.

El peso específico de Mbappé y la nueva jerarquía del ataque

En el ahora, nadie discute que Kylian Mbappé es la luz más brillante del equipo. Ha marcado en 10 de los 11 partidos de la temporada y lidera con una mezcla de vértigo y eficacia que marca diferencias. En ese escenario, Vinícius, que se espera sea titular en el próximo Clásico, juega una partida doble, recuperar su pico de forma y sincronizarse en un frente de ataque con jerarquías nítidas.

La química con Arda Güler suma un recurso más para el equipo. La quinta asistencia del turco al francés en la temporada no solo decidió Getafe, también sugiere que el ecosistema ofensivo del Madrid se diversifica. En esa orquesta, el brasileño necesita ser solista cuando toque y acompañante virtuoso cuando la jugada lo pida.

El contrato que marca la otra cuenta atrás

Más allá del césped, late otro partido, el del contrato. Su vínculo actual termina en junio de 2027 y las negociaciones se han enfriado. En mayo se avanzó sobre una posible oferta de 20 millones fijos anuales más 10 en variables, pero la propuesta formal llegó sin esos bonus y la renovación se detuvo. Vinícius ya percibe alrededor de 17 millones netos al año con incentivos, y su entorno prefirió esperar a ver cómo se desarrolla la temporada.

Desde el club, algunas voces dibujan otro relato, con cierto malestar por cómo evolucionaron las conversaciones, convencidos de que el acuerdo estaba bien encaminado antes de que las peticiones cambiaran. No hay, por ahora, una amenaza real desde Arabia Saudita como en 2024, y aunque la confianza en un acuerdo persiste, también se admite que no sorprendería que el jugador decidiera agotar su contrato y quedar libre en 2027. Un escenario inédito para una estrella del Madrid en su pico, y una partida que exige tacto, paciencia y liderazgo en los despachos.

El propio Vinícius, la pasada temporada, definió su felicidad en el club con una frase que parecía cerrar cualquier puerta. “Estoy feliz aquí, jugando con los mejores jugadores del mundo, el mejor entrenador, el mejor presidente, donde todos me quieren. No podría estar en un lugar mejor”. Hoy, la respuesta a si eso sigue siendo cierto depende de su rendimiento, de su encaje con Alonso y de cómo se gestione la negociación.

Respeto, provocación y la frontera que se pisa sin romper

Volvamos a Getafe para entender el subtexto. Iglesias habló de respeto, Bordalás de provocación, Sancris de un error propio. La suma revela la dualidad de un futbolista que provoca efectos sísmicos en el juego y que, en la fricción, obtiene ventajas deportivas. Para el rival, el límite entre la legítima picardía y el gesto que enciende la mecha es un terreno pantanoso. Para el Madrid, cada falta cerca del área, cada tarjeta, es una palanca.

Quizá ahí esté la clave del siguiente paso. Vinícius domina el caos, pero necesita administrarlo. Con una temporada grande por delante y una batalla contractual en la trastienda, controlar la narrativa es tanto una cuestión de goles y asistencias como de percepción. El talento es indiscutible, el margen de impacto sigue ahí, la pregunta es cómo convertir la adrenalina en constancia.

Lo que viene para Vinícius y para el Real Madrid

El corto plazo ofrece una hoja de ruta clara. Juventus en Champions, luego Barcelona en el Bernabéu, y la oportunidad de que el brasileño cambie el guion con actuaciones mayúsculas. Xabi Alonso, que ya dejó a Rodrygo de inicio en la izquierda en varias noches, ha encontrado en los roles cambiantes una ventaja competitiva. Si Vinícius reproduce su versión más eficiente, aquella que desbordaba y decidía en Europa, el debate se apaga solo.

El largo plazo se jugará en otra mesa. Renovar o esperar, asumir el liderazgo compartido con Mbappé o pelear por recuperarlo, expresarse con desborde o medir el pulso del partido. En ese cruce de caminos, su historia con el Real Madrid sigue abierta, con capítulos que pueden inclinarse hacia la épica o hacia la controversia. Lo cierto es que, hoy, su nombre alimenta titulares, divide opiniones y sostiene un equipo que le necesita afilado y conectado con la idea del entrenador.

Claves que dejó Getafe

  • Vinícius encendió el partido y forzó dos expulsiones,
  • Bordalás denunció provocación y exceso en la roja a Nyom,
  • Álex Sancris admitió su error y negó provocación.

La fotografía final

Getafe no fue un episodio aislado, fue un capítulo más de una serie que ya conocemos. Entre el arte del desborde y la gestión del conflicto, Vinícius Júnior camina una cuerda floja que puede llevarle de nuevo al centro del escenario o devolverle a un lugar secundario. Con Mbappé marcando el paso y un entrenador que predica la importancia de los roles, su respuesta escribirá el resto de la temporada. Y tal vez, también, su próxima firma en un contrato que hoy es una incógnita y mañana puede ser la llave de su futuro.

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