Javier Tebas y su salario en LaLiga entre cifras récord y debate
El aumento salarial de Javier Tebas coloca a LaLiga en el centro de una conversación que trasciende los números. No es solo una subida en una hoja de cálculo, sino un gesto con carga simbólica en un ecosistema que mide cada decisión con lupa. La gobernanza del fútbol español se mira al espejo de sus propias reglas y de la percepción pública.
Tras una Asamblea Extraordinaria de LaLiga, el presidente propuso a los clubes de Primera y Segunda División incrementar su retribución, y la medida salió adelante. De esta forma, su salario pasa de 3,36 millones de euros de la temporada anterior a 5,47 millones anuales si cumple los objetivos pactados.
El detalle económico es nítido según la información publicada por El Español: el salario fijo se mantiene en 2,19 millones, mientras que las variables cualitativas pueden alcanzar 1,97 millones y las cuantitativas, 1,31 millones. En conjunto, el paquete final marca un antes y un después en la política retributiva del organismo, con un esquema de variables que pesa tanto como el fijo.
La subida supone un 57 por ciento respecto al último salario del dirigente, un salto difícil de ignorar en cualquier comparativa. En términos de temporada, el presidente de LaLiga podría superar los 5 millones de euros si alcanza las metas establecidas, un listón que refuerza la lógica del rendimiento y que, a la vez, intensifica el escrutinio público sobre su cumplimiento efectivo y su justificación.
En el plano político, la decisión fue refrendada por 40 clubes del fútbol español, con dos votos en contra. Real Madrid, que había anunciado de forma pública su rechazo, mantuvo su postura; el otro club disidente no se conoce, dado que la votación se realizó en secreto, un procedimiento que protege la libertad de elección y evita presiones cruzadas.
La Asamblea avaló el cambio con una amplia mayoría, pero con matices significativos como el voto en contra de Real Madrid y la incógnita del segundo club opositor.
El recorrido personal de Javier Tebas añade capas al debate. Cuando asumió el cargo, criticó las cifras de su predecesor y llegó a reducirse el sueldo en unos miles de euros, un gesto que con el tiempo resultó efímero. La trayectoria pasó de aquella contención inicial a un marco retributivo cada vez más ambicioso, algo que hoy vuelve a la discusión como referencia histórica de sus decisiones.
El contraste con el sector empresarial es otro ángulo que influye en la percepción. Con la nueva estructura, el presidente de LaLiga podría superar el promedio salarial de los máximos ejecutivos de empresas del Ibex, pese a que la competición factura aproximadamente ocho veces menos. En términos de relato público, esa brecha entre escala de negocio y remuneración sirve de combustible para el debate sobre proporcionalidad.
También es relevante el diseño de incentivos. Las variables se dividen entre cuantitativas y cualitativas, un enfoque que busca señalar que no todo es cifra cerrada ni balance a final de curso. El mensaje implícito es que la gestión se mide por resultados y por impacto, por lo tangible y por lo estratégico, con objetivos que pretenden ordenar la discusión sobre rendimiento.
Desde la óptica de los clubes, la aprobación por amplísima mayoría transmite alineación con la hoja de ruta institucional. Al mismo tiempo, los votos en contra y el carácter secreto del sufragio recuerdan que el ecosistema no es monolítico, que existen sensibilidades y agendas distintas entre entidades de Primera y Segunda División, y que la gobernanza se legitima tanto por la regla de la mayoría como por la protección de las minorías.
El futuro añade otra pieza a considerar. Si el dirigente es reelegido, el nuevo marco le aseguraría un salario que, a diez años vista, podría verse multiplicado por 15, siempre bajo el paraguas de esos incentivos y sus condicionantes. Ese horizonte de largo plazo pretende dar estabilidad, pero inevitablemente vuelve a poner el foco en el equilibrio entre ambición, métricas y rendición de cuentas.
Hay, además, una lectura reputacional ineludible. LaLiga se enfrenta al reto de explicar con claridad por qué su máximo dirigente debe estar en el rango alto del mercado directivo. La argumentación suele transitar por la defensa del valor que se crea, la complejidad de la negociación de derechos, el posicionamiento de marca y la internacionalización; enfrente, la percepción pública suele exigir prudencia y pedagogía cuando los números rompen el techo de lo esperable.
Las cifras clave del nuevo salario
- Sueldo fijo de 2,19 millones de euros,
- variables cualitativas de hasta 1,97 millones de euros,
- variables cuantitativas de hasta 1,31 millones de euros.
Sobre esta base, el total de 5,47 millones de euros no es una cifra garantizada, sino una culminación posible condicionada a metas concretas. Esto sitúa a Tebas por encima de la media de los ejecutivos del Ibex si alcanza esos máximos, un listón que, por su entidad, obliga a calibrar el desempeño a la luz de criterios verificables.
La decisión de la Asamblea Extraordinaria también proyecta un mensaje interno. Expresa que la mayoría de los clubes considera al presidente como el timonel idóneo para conducir el negocio y, por tanto, respalda una remuneración acorde a esa confianza. La disidencia, sin embargo, subraya que no todos comparten esa ecuación de valor y coste, una tensión natural que forma parte de la vida de una competición que agrupa intereses muy diversos y asimetrías económicas.
En la perspectiva histórica, la evolución del sueldo del presidente muestra una curva ascendente con altibajos simbólicos, como aquella reducción inicial que hoy contrasta con un paquete retributivo de otra dimensión. Ese cambio en el tiempo ayuda a entender por qué el tema despierta tanta atención y explica, en parte, la insistencia en ligar una parte sustancial del salario al cumplimiento de objetivos.
El marco comparativo con grandes empresas puede resultar útil, pero también engañoso si se toma en bruto. LaLiga no responde exactamente a los mismos incentivos que una corporación del Ibex, aunque comparta con ellas la exigencia de maximizar valor y competir en mercados globales. De ahí que la discusión no sea solo cuánto se paga, sino qué se espera a cambio y cómo se comunica el vínculo entre desempeño y retribución variable.
En el terreno más práctico, el horizonte inmediato tendrá como vara de medir la consecución de esas variables, tanto cuantitativas como cualitativas. La conversación pública, por su parte, seguirá demandando transparencia, contexto y claridad didáctica para comprender por qué, cómo y cuándo se activan los distintos tramos del salario del presidente de LaLiga, y qué impacto real tienen sobre la competición.
En definitiva, el caso de Javier Tebas condensa varias tensiones contemporáneas del deporte profesional. Los números dicen que el salario puede alcanzar 5,47 millones con un alza del 57 por ciento y que la Asamblea respaldó el cambio con 40 votos a favor y dos en contra. La interpretación de ese movimiento, en cambio, se jugará en el terreno de la confianza, la eficacia y la coherencia entre discurso y resultados, donde LaLiga conoce que cada decisión se analiza al milímetro y donde la credibilidad es tan valiosa como cualquier cifra.

