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Barcelona vs Girona octubre 2025 la noche de Araujo y el lío de Flick

En una noche de derbi catalán en Montjuïc que mezcló nervios, épica y polémica, el Barcelona vs Girona dejó una imagen para el recuerdo y otra para el debate. Barcelona ganó 2-1 en el tiempo añadido con un héroe inesperado, Ronald Araújo, reconvertido a delantero en los minutos finales, mientras el técnico Hansi Flick acabó expulsado y en el ojo del huracán por sus gestos y su celebración tras el gol decisivo.

Un giro táctico que cambió el partido

La apuesta de Hansi Flick fue tan audaz como efectiva. Con Robert Lewandowski y Ferran Torres fuera por lesión, el uruguayo Ronald Araújo comenzó en el banquillo y, ante la urgencia de un triunfo que se escapaba, fue lanzado como delantero centro de emergencia en el tramo final. La decisión llegó después de un partido en el que el técnico apostó de salida por Pau Cubarsí y Eric García como pareja de centrales.

El desenlace fue de guion cinematográfico. En el minuto 93, Araújo atacó un centro desde la derecha y empujó la pelota a la red para ordenar el estallido azulgrana. Fue el gol que desbloqueó una racha negativa del equipo y lo devolvió provisionalmente a la cima de LaLiga.

La expulsión de Hansi Flick y el pulso con el árbitro

La otra cara del partido estuvo en la banda. Hansi Flick fue expulsado en el descuento por doble amonestación. Primero vio la amarilla tras aplaudir, una acción que el colegiado Jesús Gil Manzano interpretó como protesta. De inmediato llegó la segunda tarjeta por su reacción posterior. Flick explicó después que sus gestos no iban dirigidos al árbitro, sino a animar a uno de sus jugadores.

“Frenkie [de Jong] estaba allí y yo dije [mientras aplaudía] ‘OK vamos Frenkie’. No fue una reacción para el árbitro”, aseguró Flick, que añadió que aceptaba la decisión aunque intentó hablar con Gil Manzano y este no quiso conversar.

Ya con la expulsión consumada, el técnico alemán celebró con vehemencia el tanto de Araújo y realizó un gesto con los brazos que también ha sido analizado con lupa. Flick defendió que no iba contra nadie y que se trató de pura emoción. De todos modos, el escenario de sanción para el banquillo en el próximo Clásico sigue abierto, e incluso podría ampliarse si el Comité entiende punible esa celebración.

Laporta arropa al técnico y carga contra Gil Manzano

Desde la directiva llegó un mensaje contundente. Joan Laporta tomó la palabra en la Asamblea y confirmó que el club ya presentó una apelación por las dos amarillas que desembocaron en la expulsión del técnico. El presidente criticó la actuación arbitral y, en concreto, la gestión del desenlace.

“Hemos recurrido las dos amarillas. El árbitro se excedió y esperó la reacción para mostrarle la segunda. Sé que es difícil que le retiren la sanción. Le he dicho a Flick que estamos con él. No me gustó la actitud del árbitro”, afirmó Laporta, quien añadió que Gil Manzano “ha expulsado a casi todos nuestros jugadores que destacan”.

Laporta también subrayó el impulso moral que supone ganar con un central que acaba decidiendo el partido como si fuera atacante. “No estuvimos finos, no como estamos acostumbrados. Nos dará mucha confianza. Y así como terminamos, con un central que acabó marcando como delantero”.

Raphinha bajo la lupa y la mirada del eterno rival

El final caliente no se limitó al banquillo. Imágenes difundidas en redes sociales han llevado a que Raphinha sea acusado de haber proferido un insulto hacia Jesús Gil Manzano. Lecturas labiales apuntan a un “hijo de puta”, aunque por ahora se trata de un señalamiento a partir de videos compartidos y no de un parte oficial. La tensión del desenlace ha dejado, una vez más, el debate sobre los límites de la protesta y el respeto al árbitro.

La reacción a la expulsión y a la celebración de Flick también encontró eco en el otro lado de la trinchera. Aficionados de Real Madrid criticaron con dureza al técnico culé en redes, recuperando declaraciones pasadas para acusarlo de incoherencia. Más allá de la trifulca digital, el caso añade combustible a la semana que desemboca en un Clásico con aroma a final anticipada.

El gesto de Eric García y la mano dura con la puntualidad

En el campo, la victoria dejó una estampa distinta y respetuosa. Eric García no celebró con sus compañeros el tanto de Araújo. Se mantuvo serio, en una muestra de respeto hacia su ex equipo y antiguos compañeros en Girona. Un detalle que humaniza el relato de una noche de alto voltaje.

Horas antes, otra escena había captado la atención. Jules Koundé fue visto acelerando el paso para llegar a tiempo a la charla previa al partido. No es un secreto que Flick es inflexible con la puntualidad y que ha castigado retrasos con suplencias en otras ocasiones. El francés, que ya ha sido reprendido por el tema en el pasado, corrió para no tentar a la suerte.

Lecturas del juego y consecuencias en la tabla

El partido tuvo dos actos. Barcelona, necesitado tras dos derrotas recientes ante Paris Saint-Germain y Sevilla, se adelantó pronto con un gol de Pedri en el minuto 13. La respuesta de Girona fue inmediata con una chilena que puso el 1-1 y que cambió la inercia del primer tiempo.

Antes del descanso, los locales rozaron el gol con un tiro libre que se estrelló en el travesaño. En la reanudación, el equipo de Flick dio un paso adelante, empujó con paciencia y encontró la recompensa en el 93, cuando Araújo, ya instalado en área rival, definió un centro de Frenkie de Jong para desatar el delirio.

La victoria devuelve a Barcelona a la cima de LaLiga de forma provisional. Según el análisis posterior, Real Madrid podía recuperar el liderato con una victoria el domingo frente a Getafe. Entre tanto, los azulgrana tienen un compromiso europeo inminente ante Olympiacos y, en el horizonte, un viaje al Santiago Bernabéu que podría marcar un punto de inflexión.

Claves del Barcelona vs Girona

  • esto se hace – el cambio de rol de Araújo como delantero en el tramo final cambió el guion,
  • esto se hace cuadrado – la gestión emocional del desenlace dejó la expulsión de Flick y la controversia con el árbitro,
  • esto se hace cubo – la lectura estratégica de Flick y la pegada en el tiempo añadido sostienen un liderato que aún puede cambiar.

La noche de Araújo en primera persona

La osadía del uruguayo tuvo prólogo en el banquillo. Él mismo confesó que, cuando Flick le sugirió entrar como referencia ofensiva, no dudó. Incluso se permitió una promesa íntima dentro del vestuario antes de saltar al césped. La confianza se transformó en el golpe definitivo que toda la grada esperaba.

“Cuando el míster me lo preguntó no tuve ninguna duda. Al ponerme la camiseta dije ‘si entro, voy a meter un gol’. Se rieron y luego marqué. Trabajo duro para poder jugar, así que estoy muy feliz”, explicó un Araújo exultante.

Flick, por su parte, reveló que la decisión se apoyó en sensaciones y en algo más terrenal: el olfato del uruguayo en los entrenamientos. “Ronald es muy bueno frente al arco en las prácticas. Era la sensación de que podía cambiar el partido”.

Un vestuario que busca estabilidad en medio de la tormenta

Entre la alegría del triunfo y la sombra de la sanción, el mensaje del entrenador fue de templanza. Aceptó la autoridad del árbitro, defendió que no hubo provocación dirigida y señaló el foco hacia el rendimiento. Un equilibrio difícil en un contexto donde se mezclan la necesidad de puntos, las bajas y los focos del Clásico.

El respaldo público de Laporta funciona como un paraguas para una semana decisiva. Con el equipo de nuevo arriba en la tabla, una victoria sufrida puede reforzar convicciones, mientras el club aguarda el fallo del Comité Disciplinario sobre su técnico. En lo futbolístico, la figura de Araújo como recurso ofensivo extremo añade una carta inesperada a la baraja de Flick.

Lo que viene

El calendario no otorga respiro. Primero, el desafío continental ante Olympiacos, ideal para medir cuánto pesa el impulso anímico. Después, el examen de máxima tensión en Madrid, con la incógnita de si Flick podrá dirigir desde la banda o si deberá delegar. En cualquiera de los casos, la victoria ante Girona ofrece un manual de supervivencia para Barcelona en noches complejas.

Queda la postal que más trasciende. Un central que entra como ariete, un entrenador expulsado que celebra a distancia, un grupo que reacciona donde más duele. El derbi catalán de octubre de 2025 será recordado por su dosis de valentía táctica y por un debate arbitral que promete no terminar aquí.

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